Los seres humanos somos los únicos sobre el planeta que tenemos la capacidad de percibirnos a nosotros mismos, tener una autoimagen y comprender nuestro estado afectivo, emocional y mental.
Cuando hablamos del sentirnos realizados generalmente implicamos, estar contentos y satisfechos con algo que somos o logramos hacer o tener, tal vez nos referimos a algo externo o un título que logramos adquirir. Es ese estar contento, en dicha, en satisfacción, en equilibrio armónico con uno mismo en la propia relación, en ese vínculo al que de por vida estamos absolutamente unidos es lo más importante, pues si se vive bien con uno mismo, uno vive bien con todo y todos. 

Seguramente estás pensando que esto es idealista, pues raramente uno se siente así consigo mismo, generalmente no para de criticarse, o reprocharse por lo dicho, lo pensado o sentido o lo hecho, ¿verdad? 

Cierto, pero ¿por qué sucede eso? Acaso ¿hemos aprendido a escucharnos?, ¿a conectarnos con lo que sentimos?, a ¿estar cómodos con la introspección o el silencio, o incluso a cómo encontrar la claridad en medio de la confusión? Aprendemos a hacer tantas cosas, aprendemos logaritmos matemáticos, fórmulas químicas y físicas, estudiamos biología, conocemos los planetas, la geografía, la historia del mundo, pero no nos conocemos a nosotros mismos. 

No nos entrena ni nos enseñan a como relacionarnos para tener encuentros humanos de comunicación fluida, clara, tanto con nosotros mismos como con otros, y así es que entonces, vamos repitiendo una y otra vez mentalmente, las voces de críticas recibidas, las ideas de otros, comportamientos imitados, y una infinidad de situaciones que nos han marcado, que se quedaron grabadas desde el principio de nuestra vida y que de allí en más forman, tiñen y rigen nuestra vida y mundo. No nos tomamos el momento de parar y reflexionar si es nuestro sentir lo que hacemos, si es sentida la idea que defendemos, si es elegido el comportamiento automático de rechazo a ciertas cosas diferentes a uno o ideas, somos autómatas hasta que la vida nos enfrenta a una crisis, a un cambio, a un parar.
 
Entonces cuando te preguntas, cual es el motivo que aún no soy feliz, o por qué estoy triste, por qué no logro llorar, es simplemente por estar bloqueado. Pero no seas duro contigo al descubrir esto, es natural consecuencia de lo que te comentaba antes, ahora solo necesitas el deseo de cambiar, facilitar ese cambio con elecciones nuevas dejando de hacer lo mismo de siempre en automático, y verás que en algún momento esa transformación que anhelas internamente y su sentir de plenitud, surgirá. 

La fortuna que tenemos en estos tiempos, en que todo está al alcance de la mano si buscamos, e incluso al alcance de un click. Si estás en la búsqueda de mejorar tu calidad de vida, de alimentación, de cómo sentirte bien físicamente, cómo estar relajado y cómo emocionalmente sentirte fluido, incluso cómo evolucionar abriéndote a nuevas ideas y posibilidades, como encontrar la paz, más allá de que tengas tu propia práctica religiosa o tu propia ideología de lo que sea, te encontrarás con un sinfín de caminos a experimentar, recorrer y luego elegir si te gusta, te hace bien o no. Hay mucho disponible que te puede ayudar, por eso los estantes de formas de auto-ayuda y alternativas es tan amplio, para elegir. 

La medida del sentirse bien, del encuentro con uno mismo en la propia casa, en el propio corazón, solo uno mismo lo puede determinar y la vara para medirlo es ese profundo y silencioso sentir de bienestar, esa experiencia dichosa en un vacío aparente que está lleno de paz, ese pulsar la vida en absoluto amor incondicional en uno y en todo, sin separación.

Entonces mi invitación es a que encuentres el camino a tu autorealización un camino con muchos senderos, con muchos jardines y paradas, pero definitivamente un viaje interno en que tú mismo eres el guionista, protagonista de tu actuación, en que puedes cambiar hasta encontrar lo que te hace mejor, siempre apreciando la belleza y creación, agradeciendo tu experiencia y creciendo en amor, y así pronto experimentarás una vida en tu unidad interior en la que sabes qué momento a momento vives en una creciente perfección.