Viernes 19 de Abril de 2024

EDUCACION

4 de abril de 2020

Cuando el adolescente se aisla en el cuarto

Es un error creer que nuestro hijo presenta un problema por el hecho del encierro.Foto: Getty

Por: Por:Redacciòn colegio"Facundo Quiroga"

A muchas madres nos cuesta entender las razones por las cuales nuestro adolescente que está alrededor de los 13 años se encierra tanto tiempo en su habitación.

Afrontar esta etapa tan difícil, que hacer para motivarlo a enfrentar la vida, cuando el joven se aisla en el cuarto

La adolescencia es la etapa que transforma al niño en un adulto. Con ella llegan por primera vez la reserva, la rebeldía y la necesidad de intimidad de nuestro hijo.

Tanto madres como padres somos indispensables para labores como el baño, el vestido, la alimentación, las tareas y hasta el entretenimiento. Debemos recordar que la niñez es una etapa donde lo vital es el aprendizaje personal.

Pero con la llegada de la adolescencia las cosas cambian drásticamente. Los que antes eran nuestros pequeños ahora saben realizar cada vez más labores. Se bañan y visten solos, aprenden a manejar artículos tecnológicos, crean entornos sociales fuera de la familia.

Comienzan a chatear, tienen amigos, se visten como ellos quieren y exploran un nuevo mundo de experiencias y sensaciones. La realidad es que todo esto es muy normal, pero como padres nos preocupamos y sospechamos que algo anda mal. Es entonces cuando nos toca comenzar «una dinámica policial totalmente desagradable».

Es normal que el adolescente necesite su espacio, para construir su identidad y expresarse con libertad dentro de su propio recinto, pero muchas veces no entendemos por qué se quieren encerrar en su habitación con tanto recelo.

El primer motivo es que en esta etapa aparecen la reserva y la necesidad de tener intimidad.
Allí se aleja de su niñez y crea todo el entramado de conductas individuales. No debes preocuparte mientras se mantenga en todas sus actividades.
La intimidad y la búsqueda de una identidad propia no son lo único, también se inicia el despertar sexual y el descubrimiento de sentimientos totalmente nuevos relacionados con su crecimiento. Allí descubren como es su cuerpo, se observan, se desnudan y esto es perfectamente comprensible.
Son muchas las cosas que un joven puede hacer encerrado en su cuarto. Por ejemplo, con el crecimiento nuestros hijos crean sus propias metodologías y rituales para el estudio.
Es un error creer que nuestro hijo presenta un problema por el hecho del encierro. Hay otros indicadores que son más adecuados para sacar ese tipo de conclusiones como el bajo rendimiento escolar.


Manejar la preocupación
Durante esta nueva etapa no solo el adolescente se ve afectado, ya que los padres a veces no asimilamos el cambio. Nos olvidamos de que ellos están creciendo y por eso nos desesperamos en algunas situaciones.

Así que lo primero que debes hacer es un ejercicio de introspección y tratar de llevar la situación. Para ello lo primero es aceptar las nuevas realidades y pensar tus respuestas. Recuerda que tú eres el adulto y tienes que mostrar inteligencia emocional. Cuando esto no ocurre las cosas se salen de control.

Evita los nervios pues se podría detonar una discusión y acrecentar la brecha entre tú y tu hijo. Mientras más volátil seas más se alejarán y más comenzarán a guardarse secretos.

 

Poner límites al adolescente
Como madre debes expresar tu autoridad y hacer que el o la joven la tenga en cuenta. Para esto es bueno colocar ciertos límites. Fija cuáles son los tiempos para estudiar y para el entretenimiento y pídele buenas calificaciones.

Lo mismo debe ocurrir con las salidas. Al principio trata de llevarlo y traerlo cada vez que vaya a salir con sus amigos del colegio o del vecindario. Puedes conocer a sus amigos y tratar de entablar relaciones con los padres de los mismos.

Un problema ocurre cuando los niños comienzan a desde muy pequeños a tener teléfonos móviles y redes sociales. La cuestión es que si no pones algún límite al uso de estos medios luego será muy difícil de hacerlo.

 

Otras soluciones
Invita a sus compañeros a la casa, organízale una pijamada o una tarde de juegos. Aprovecha los trabajos en grupo que le asignan en el colegio y dile que invite a sus compañeros a la casa.
Otra práctica es la motivación dialogada. La idea es buscar fórmulas para que los adolescentes se comuniquen. ¿No has notado que cuando les vas a comprar ropa o le otorgas un permiso ellos se vuelven más comunicativos? De esto se trata dicha técnica. Crea y aprovecha momentos donde bajen la guardia y escucha con atención.
Lo más importante es buscar formas motivar la comunicación entre la madre y el adolescente. Si te exasperas y te molestas, ellos optarán por ocultarte cosas y encerrarse en sí mismos.
Si por el contrario, muestras una actitud compasiva e inteligente podrás lograr tener la información que necesitas para poder apoyarlo en sus nuevos retos durante la adolescencia.

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