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ESCUELA DE PADRES

27 de septiembre de 2017

¿Còmo educar a nuestros hijos en la igualdad?

Seis pasos para conseguir educar a nuestros hijos en la igualdad Las tiendas de ropa ya no diferencian entre ropa de niños y de niñas

Todos los días se oye más hablar de feminismo , pero eso no quiere decir que la gente sabe más sobre la igualdad . Es sólo pasar los ojos por varios titulares para darnos cuenta de que, en los días de hoy, aún no se tiene claro lo que la palabra significa, y, en el caso español, basta consultar el diccionario de la Real Academia Española: "Ideología que defiende que las mujeres tienen que tener los mismos derechos que los hombres ".

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En este tema, como en muchos otros, no se trata sólo de falta de información, sino también de educación. Pero, ¿cómo se educa en el feminismo? Este es el desafío que el escritor premiado nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie se impone en su nueva novela a educar a los niños Feminista - Un manifiesto . Se trata de una emotiva y reflexiva carta a una chica que acaba de ser madre, en la que la autora recoge quince consejos sobre cómo debe educar al niño en la igualdad y respeto, para rechazar estereotipos y luchar por una sociedad más justa.

No es la única autora que reunió ideas sobre la educación en el feminismo. España ha puesto de relieve el libro Mamá, Quiero Ser feminista , Carmen G. de la Cueva, que cree que es tanto para educar en el feminismo, pero que "el feminismo a través de toda la educación y todos los sujetos, no es que sea ​​algo más en una agenda social que sólo se enseña como una obligación ".

En la misma línea, Nuria Varela, autora de Feminismo para principiantes dice que "la igualdad se aprende sino también la desigualdad. Aquí no hay neutrales, o te educan en el profundo respeto a todas las personas o te educan con estereotipos de género, con normas y formas de comportarse para niños y niñas. Si sucede el segundo, entonces será mucho más difícil desaprender y conseguir la mirada límpida que tu tenías cuando era pequeño.

Como más vale tarde que nunca, relacionamos algunos de los consejos de estas tres autoras para educar en el feminismo:

1. Los papeles de género son una solemne tontería: "Nunca le diga que debe hacer algo o dejar de hacer por qué es una niña", escribe en su libro Chimamanda Ngozi Adichie, aunque es evidente que la observación también se aplica en el caso de un niño. Los estereotipos tienen que romperse desde la infancia. "Saber cocinar no es un conocimiento preinstalado en la vagina, cocinar se aprende" y los niños y las niñas pueden aprender por igual, porque ambos tendrán que comer solos en algún momento. De la misma manera analiza otros estereotipos, que van desde la ropa azul o rosa y la diferencia a la hora de elegir juguetes hasta cuestionar la idea de matrimonio como un premio para las mujeres.

2. Los valores también se inculcan: Tal vez no se trata sólo de educar en el feminismo, pero para educar con valores sociales como la justicia y la igualdad de derechos . Esa es la idea transmitida por Nuria Varela, que insiste en que es importante enseñar que "lo contrario de la igualdad es la desigualdad, no la diferencia; que todos y todas somos diferentes y eso es lo maravilloso de los seres humanos, pero que el problema está cuando sobre esa diferencia construimos desigualdades. De esta forma la idea pasa por "enseñarles que no sean indiferentes a la injusticia ya la desigualdad, que sean personas solidarias y comprometidas en hacer un mundo cada día más justo".

3. Recorrer juntos el camino: Educar pasa por querer aprender también con el otro. Si todos nacemos en el mismo sistema, con los mismos errores, es obvio que siempre tendremos cosas en que evolucionar y mejorar, y que el aprendizaje, por lo tanto, será un camino a recorrer juntos. Carmem G. de la Cueva explica esto a partir de su experiencia con su hermana de 11 años: "A medida que fui aprendiendo como ser feminista, entendí que significa algo así como sacar de encima de mí complejos, cosas aprendidas e inseguridades, por eso también intenté hacer mi hermana ver que lo mejor que puede ser en esta vida es ella misma, sin miedo, sin pudor. Considero fundamental en una educación feminista ser honesta con ella.

4. Aprender es cuestionar: La igualdad no se aprende como un dogma, se aprende mejor en la reflexión personal, en la observación de lo cotidiano con una nueva perspectiva crítica, desde el punto de vista del género, que permite ver los errores. A partir de los del lenguaje. Es esta idea que Ngozi Adichie enfatiza: "el lenguaje es depositaria de nuestros prejuicios, creencias y presupuestos. Por lo tanto, aunque al llamar a las niñas de princesa la gente tenga buena intención, "princesa es una palabra cargada de presupuestos, de la delicadeza de ella, del príncipe que la rescatará". De la misma forma, refleja que tal vez sea mejor "no emplear demasiadas palabras como misoginia o patriarcado", ya que a veces pueden ser conceptos muy abstractos, "por eso es mejor explicar por qué algo es misógino y cómo dejaría de ser".

5. Un poco de historia: No son sólo las nuevas generaciones que pueden ser educadas en la igualdad, pues nunca es tarde para aprender. Y puede ser de un modo tan simple como leer. Es por eso que Nuria Varela explica que, en el caso de los adultos, "el feminismo aún hoy es el gran desconocido, pero todo el mundo tiene una opinión, aunque nunca haya leído nada sobre el tema ni se haya acercado a él y, por esa razón en la mayoría de las ocasiones estas opiniones se basan en prejuicios y mitos, no en la realidad y en el conocimiento. Por eso, su consejo es tan simple como leer para "conocer el feminismo, conocer su historia y sus propuestas", antes de juzgar.

6. Inculcar autoestima: No hay duda de que acariciar la autoestima independe de género. Sin embargo, es cierto que a veces las niñas tienden a ser más valoradas por la belleza: "como usted es bonita". Y los niños, más por la fuerza: "como tú eres fuerte" o que "como es valiente". Por eso Carmen G. de la Cueva cree que es positivo reforzar otros valores como "usted es elegante" o "usted es bueno". En el caso específico de las niñas, hay más tabúes en cuanto al cuerpo, que es mejor evitar cuanto antes. Es por eso que, dando de nuevo el ejemplo de su hermana, comenta que "le habló con libertad del cuerpo, de la menstruación, etc, desde que casi no sabía hablar. Quiero que no sienta que hay silencios a su alrededor, que no hay temas de los que no se puede hablar.

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