Viernes 29 de Marzo de 2024

SALUD EMOCIONAL

15 de febrero de 2018

Un adolescente a superar el divorcio de sus padres

La separaciòn no siempre es negativo para los hijos, pero si los cambios posteriores.

En general, el divorcio o la separación de una pareja suponen una experiencia, que puede producir malestar y frustración en las personas afectadas, incluidos los hijos. Los motivos de la separación pueden traer consecuencias negativas para los niños o adolescentes, ya que el papel de éstos es meramente pasivo, y se convierten en víctimas, cuando el comportamiento de sus padres durante la separación es inapropiado.

 

 

En muchos casos, el divorcio de los padres es la mejor alternativa que se puede llevar a cabo, sobre todo si la pareja entra en un bucle de discusiones frecuentes, por lo tanto tomar la decisión de separarse no siempre es algo negativo para los hijos. Sin embargo, cuando se producen continuas separaciones y reconciliaciones entre los padres, suelen aparecer emociones negativas en los hijos, pues éstos viven con la esperanza de que la relación se fortalezca o con la frustración de que su familia puede romperse en cualquier momento.

 

LA SEPARACIÓN NO SIEMPRE ES NEGATIVO PARA LOS HIJOS, PERO SÍ LOS CAMBIOS POSTERIORES

Las consecuencias dependen del estilo de afrontamiento de la ruptura que la pareja decida llevar a cabo. Puede ocurrir que una pareja tarde en decidir separarse, porque no quieren que sus hijos sufran, pero experimentan una insatisfacción personal que produce una actitud de resentimiento hacia ellos que a su vez, favorece la aparición de emociones negativas. También puede haber una acumulación de situaciones que crean un clima hostil, donde se ha perdido el respeto mutuo y el cariño. A veces, la separación puede convertirse, de manera inconsciente, en un alivio para los hijos si existe mucha tensión familiar. Por lo tanto, el hecho de producirse una separación o divorcio no es lo que realmente genera consecuencias negativas en los hijos, sino los efectos de esa decisión, ya que están relacionados con la manera de llevar a cabo todos los procedimientos y decisiones, que afectan a la convivencia familiar.

 

Cuando se produce una separación de pareja, las características de la familia cambian y todos los miembros se ven obligados a reorganizar sus derechos, obligaciones y relaciones familiares, para lograr una adaptación adecuada.

CUANDO LOS HIJOS DE UNA PAREJA SEPARADA SE ENCUENTRAN EN LA ETAPA ADOLESCENTE

Durante la adolescencia, el sentimiento de pérdida se manifiesta a través del comportamiento, mostrándose el adolescente un poco rebelde, experimentando una sensación de vacío, teniendo dificultad para concentrarse, etc. No obstante, estas reacciones suelen ser habituales durante la adolescencia, pues van unidas al hecho de sentir que han perdido su infancia y con ello la seguridad que esa etapa le había proporcionado. Por su parte, cuando el adolescente se encuentra ante una separación o divorcio de sus progenitores, experimenta una serie de reacciones emocionales y conductuales significativas como:

Presión en la toma de decisiones: algunos hijos se ven condicionados por sus padres para decidir con quién quieren vivir y cuándo visitarán al progenitor que se encuentre fuera del domicilio familiar. A veces, no toman partido por ninguno de los dos padres y se comportan de forma responsable y "adulta", entendiendo la separación con la mejor actitud posible.

 

Pérdida de la infancia: puede ocurrir que si la pareja tiene más de un hijo, depositen en los hijos mayores responsabilidades frente a sus hermanos menores y se vean sujetos a las pretensiones, que manifieste alguno de los progenitores, que se encuentre en una situación emocionalmente dependiente.

 

Adoelscente tristeCada adoelscente reacciona de diferente manera, pero suelen generarse muchas preocupaciones en ellos

 

Conflictos internos: en ocasiones, el hecho de dividir su tiempo, para pasarlo con ambos padres, puede producir un conflicto entre el deseo de ver al progenitor con el que no conviven y el seguir haciendo planes con sus amigos y compañeros. En algunos casos, el adolescente tiende a enfadarse y su reacción es descargar su contrariedad ante la separación de sus padres a través de frecuentes discusiones.

La preocupación por el dinero: algunos adolescentes suelen aprovechar la situación de divorcio, para presionar a los padres y hacerles sentir mal, con el objetivo de que les compensen la situación con una mayor generosidad material.

Mayor conciencia: los adolescentes entienden mejor la situación de separación y, pueden aparecer comportamientos negativos, frente a la vinculación de sus padres con nuevos compañeros. Incluso pueden aparecer celos de la nueva pareja de alguno de los progenitores.

La aparición de conductas de internalización: negativa a comunicarse, retraimiento, introversión, ansiedad, etc.

O conductas exteriorizadas: robo, consumo de drogas, conductas violentas frente a sus compañeros, etc.

Sensación de malestar interno, que puede manifestarse a través de problemas de sueño o de concentración, disminución del rendimiento académico, sentimiento de apatía y escasa motivación de logro, etc.

- Vivir una situación de divorcio puede provocar en el adolescente dos tipos de miedo: o bien el temor a establecer relaciones sentimentales a largo plazo, o bien la necesidad de encontrar una pareja para toda la vida, por el miedo a sentirse solo, generando conformismo frente a la relación de pareja y necesidad de establecer una nueva relación cuando experimenta una ruptura.

¿CÓMO SE PUEDEN EVITAR O REDUCIR ESTOS EFECTOS?

Es inevitable que el adolescente experimente emociones negativas cuando se produce una ruptura entre los progenitores. Como todo ser humano ante cualquier cambio, necesitará un tiempo de adaptación que debe ser respetado. Sin embargo, y como se ha señalado anteriormente, la manera de afrontar la separación por parte de los padres es crucial, para que el adolescente pueda atravesar este cambio con la mejor actitud posible. Para ello, proporcionamos una serie de pautas que consideramos convenientes, cuando se produce el divorcio de una pareja con hijos adolescentes:

1. El primer paso es establecer una conversación con el adolescente sobre la ruptura que se va a producir entre los padres. Es importante que esta conversación suceda semanas antes de llevar a cabo todos los procedimientos de divorcio, aunque el adolescente pueda sospechar la separación, es conveniente que el

LOS HIJOS DEBEN CONOCER LOS MOTIVOS DE LA RUPTURA

sienta que se le ha tenido en cuenta. La comunicación familiar es la clave para su consolidación y para proporcionar la seguridad emocional en los hijos. Además, influirá en el manejo de sus emociones, habilidad que el adolescente ha de adquirir, aceptando el carácter permanente de la separación, afrontando la ira o la rabia de no haber podido hacer nada para arreglar la situación y lo más importante, comprender la ruptura de la relación de sus padres.

 

2. Con respecto a los temas que le conciernen, los padres deben tener en cuenta siempre la opinión del adolescente, haciéndole cómplice de la dinámica familiar que se va a desarrollar a partir de la ruptura.

3. Ambos progenitores deben estar siempre disponibles para ayudar a sus hijos a determinar sus propias decisiones, estableciendo una escucha activa y generando una reflexión conjunta. En otras palabras, ofrecer una confianza sólida para cualquier duda o planteamiento que surja en la mente de sus hijos, asegurándoles que sus necesidades siempre van a estar cubiertas.

4. Los motivos de la ruptura deben comunicarse de forma explícita, sin culpar a ningún miembro de la familia. Si salen a la luz los defectos de algún progenitor, es importante señalar también sus cualidades positivas. Los adolescentes valoran mucho la sinceridadque los padres muestren, y entenderán las razones de la separación que se planteen. Esto les ayudara a considerar que la nueva situación es la mejor solución para un problema que no puede solventarse de otra manera.

 

Padre e hijo hablandoLos hijos deben ver que siguen pudiendo contar con ambos padres para todo

 

5. La mejor adaptación a la nueva situación para el adolescente es la ausencia de conflictos o disputas entre las personas que él quiere. Por lo tanto, animamos a que se utilice el diálogo para aclarar los intereses personales de los padres, evitando así cualquier tipo de discusión.

6. Muchas investigaciones destacan la importancia que tiene para los hijos poder continuar contando con ambos padres y que estos sean capaces de colaborar entre síen lo que les afecta. Por ello, se debe mantener, por un lado, un contacto regular y frecuente con el progenitor que deja el domicilio familiar y, por otro, mantener la relación con los dos progenitores, a menos que sea perjudicial por riesgo o daño real hacia los hijos.

 

7. No permitir, en la medida que sea posible, el cambio en la rutina diaria del adolescente, tanto en casa como en la escuela. Esto puede aumentar la sensación de pérdida, la confusión y tensión.

 

8. No pasar por alto comportamientos o actitudes que no habrían sido consentidos antes de la separación, evitando cualquier conducta sobreprotectora o permisiva, ya que esto puede generar en el adolescente un comportamiento caprichoso y exigente.

No todos estamos preparados para afrontar las situaciones difícilesde la mejor manera posible. Muchos padres se sienten perdidos con respecto al trato que deben dar a los hijos. Lo importante es no sentirse culpable por la situación que ha surgido, y tener siempre en cuenta que la separación de la pareja no debe afectar a la relación con los hijos, porque la manera en la que estos sufren la fractura familiar, depende del comportamiento que sus padres manifiesten en casa.

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