Jueves 28 de Marzo de 2024

TECNOLOGÌA

1 de abril de 2018

Escuchar la música alta afecta al aprendizaje de los jovenes

En los menores, una exposición única a un sonido fuerte, más dañina que una exposición prolongada.

Científicos del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) han observado en un estudio con ratones que la música o los ruidos elevados durante la fase de crecimiento pueden acabar afectando a la memoria o a los mecanismos del aprendizaje.

El trabajo, que fue publicado en la revista «Brain Research», se realizó utilizando roedores de entre 15 y 30 días, una edad equivalente a chicos de entre 6 y 22 años, y les expusieron a ruidos de 95 a 97 decibelios (dB), más altas de lo considerado un nivel seguro (70-80 dB) pero por debajo de lo alcanzado en un concierto de música (110 dB).

Lo novedoso fue que, tras dos horas de exposición, las ratas sufrieron daño celular en el cerebro. Las alteraciones se produjeron en la zona del hipocampo, una región asociada a la memoria y los procesos de aprendizaje. «Esto sugiere que lo mismo podría ocurrir en humanos en etapa de desarrollo, aunque será difícil de comprobar debido a que no podemos exponer a niños a este tipo de experimentos», explicó a la BBC Laura Guelman, coordinadora del proyecto.

Ya se sabía que los sonidos fuertes pueden causar alteraciones auditivas, cardiovasculares y endocrinológicas (además de estrés e irritabilidad), pero Guelman afirmó que es la primera vez que se detectan cambios morfológicos en el cerebro. «Se podría teorizar que los niveles de ruido a los cuales se exponen los chicos en las discotecas o escuchando música fuerte por los auriculares podría causar déficits en la memoria y en la atención a largo plazo», añadió María Zorrilla Zubilete, investigadora de la Facultad de Medicina de la UBA.

Déficit de memoria y en la atención

Además, otra de las curiosidades que arrojó este estudio fue que mostró que en los menores una exposición única a un sonido fuerte puede resultar más dañina que una exposición prolongada. Durante el experimento se trabajó con dos grupos de ratas, uno expuesto una sola vez a dos horas de ruido y otro que recibió ese mismo estímulo una vez al día por dos semanas. Al cabo de 15 días, las ratas que habían sufrido una sola exposición al comienzo del experimento mostraron signos más evidentes de daño.

Los científicos lo atribuyeron a la «plasticidad neuronal» durante los años de desarrollo, cuando aún se está formando el sistema nervioso. «Es posible que ante un estímulo más prolongado el cerebro tenga tiempo de ir reparando sus lesiones», opinó Guelman. Esta experta, no obstante, rechaza sacar conclusiones porque en el estudio se uso un ruido «blanco» que contiene todas las frecuencias de sonido y equivaldría al ruido de un televisor mal sintonizado, mientras que «la música que escuchan muchos de los chicos contiene sólo algunas frecuencias y todavía no se sabe qué es exactamente lo que causa el daño».

De hecho, en una próxima investigación los científicos pretenden determinar el «mecanismo molecular» por el cual el ruido llega a afectar las células del hipocampo. Y una vez que se entienda este mecanismo, los expertos aspiran a poder desarrollar fármacos que puedan prevenir estas lesiones.

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