Después de haber llorado la muerte de su hija, un abogado de Los Angeles, Elliot Anderson (Kevin Costner), sufre otro duro golpe cuando su amada esposa muere en un accidente automovilístico. En medio del dolor, Elliot, que se había encargado de la educación de Eloise (Jillian Estell), su pequeña nieta, recibe una demanda de custodia: Rowena (Octavia Spencer), la abuela paterna, exige que la niña viva con su padre, Reggie (Andre Holland), un imprudente adicto a las drogas, a quien Elliot aún responsabiliza de la muerte de su hija.

Escrita y dirigida por Mike Binder (Reign Over Me, 2007), Black or White (Donde el corazón te lleva, 2014) muestra la lucha por la custodia de la niña donde las presunciones y prejuicios, aparentemente enterrados, salen a la superficie para abrir el diálogo entre las partes implicadas. Impulsado por las buenas actuaciones de Kevin Costner y Octavia Spencer, hay sentimientos de rabia y tristeza en los personajes, todos compiten por lo primordial: el bienestar de Eloise. La película posee los elementos necesarios para crear un drama intrigante sobre la intersección de razas y sobre una niña sumergida en el limbo de dos mundos que decidirán por ella, pero no son explorados con la contundencia necesaria. Y aunque es un filme bienintencionado sobre conflictos familiares enfatizados por dinámicas interraciales, Binder realiza una exploración tímida, poco arriesgada y simplista sobre las tensiones raciales al interior de la sociedad estadounidense contemporánea. Los pocos momentos de angustia son resueltos de manera fría y calculadora lo que hace que pierdan su sentido catártico, y en el punto cumbre, Black or White se rinde a la convención sensiblera de Hollywood.