En una muestra de alumnos representativa del total del colegio realizada con la finalidad de obtener datos cuantitativos y cualitativos de el proceso de enseñanza, se incluyó también cuestionarios a estudiantes y docentes para obtener información de contexto que permitiera vincular los niveles de aprendizajes adquiridos con las condiciones de los hogares y del ámbito de enseñanza adquirida, por cuanto año a año, se van sumando nuevos alumnos de otras instituciones.

De allí surge que los alumnos participantes manifiestan gusto por la lectura. Entre ellos, a nueve de cada 10 les resulta fácil leer. Además, en promedio, están interesados sobre todo en los cuentos de terror, de aventuras y de risas.
La modalidad de lectura más habitual que implementamos en el Colegio, es en voz alta: el 54% de los estudiantes así lo señaló. Otro 45% indicó que lo hace en silencio.

En las aulas, el 53% lee libros y el 35% lo hace en fotocopias. Un dato llamativo es el poco uso de dispositivos electrónicos para leer en el aula: apenas el 1,3% de los alumnos dicen que usan computadoras o tablets.

Respecto de la disponibilidad de libros en sus hogares, el 62% señaló que cuenta con muchos ejemplares en sus casas. Pero el 38% tiene pocos o ninguno.

Los alumnos también respondieron acerca de los hábitos de lectura en sus hogares, un dato clave, porque la evidencia indica que no alcanza solo con la presencia de libros en las casas para formar lectores. Es el ejemplo de los padres que leen a sus hijos y también para su propio placer lo que se relaciona positivamente con los desempeños de los chicos en la lectura escolar. En este punto, el 47% de los alumnos sostuvieron que algunas veces les leen cuentos en sus hogares. En sentido negativo contestó el 41%. El 11% de los alumnos dijeron que les leen cuentos a diario en sus casas. Y casi el 40% de los alumnos afirmaron que muchas veces leen solos en casa.

Desde la perspectiva de los docentes surgen datos relevantes. En el caso del uso de la biblioteca escolar, se trata más bien de un cambio de espacio, pero no de los participantes de la actividad pedagógica: solo el 7,5% de los docentes dijeron que asisten a la biblioteca para escuchar lecturas a cargo de otra persona. El 54% de los alumnos leen de forma libre en la biblioteca los libros que eligen; el 47,6% van para consultar manuales y otros textos informativos. Y finalmente el 32%, para trabajar en equipo.