Sábado 27 de Abril de 2024

ESCUELA DE PADRES

29 de noviembre de 2017

Mi hijo perdió el año.¿ Qué hacer?

Esta será una semana de pasión... escolar. Habrá muchas caras largas y padres que se sentirán decepcionados porque en el colegio les dirán que su hijo perdió el año.

Pero ojo: varios expertos coinciden en señalar que detrás de todo fracaso escolar siempre se esconde una poderosa razón y que ésta puede ir desde métodos equivocados de enseñanza y un ambiente familiar conflictivo, hasta problemas auditivos o visuales en el menor. Los especialistas sostienen que desconocer esas posibilidades y asumir posiciones inflexibles pueden hacer que los niños desarrollen verdadera fobia hacia las aulas.

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Como si se tratara de la hora final, Miguel se alistó para soportar el día más largo de su corta vida. Sabía que hoy iba a ser un martes negro y por eso se olvidó por completo de la diversión en este puente festivo y se dedicó a planear cómo enfrentar este inolvidable día.


Comenzó por mandar al baúl de los recuerdos la bicicleta que le había pedido al niño Dios, el esperado paseo de fin de año y el campeonato de fútbol que pensaba ganar en estas vacaciones. Después elaboró un recetario de excusas y terminó por ensayar todas las expresiones faciales (excluida la risa) que indudablemente iba a necesitar.

En fin, no dejó escapar ningún detalle que le permitiera resistir la peor de todas las pruebas: la cara de su mamá cuando le digan hoy que Miguelito perdió el año.

Sin embargo, esta desagradable experiencia no sólo la vivirá este estudiante de 9 años, sino los miles que aún no se han atrevido a confesar su pecado . La verdad es que para muchos ésta será una semana de pasión, en la que las caras largas, los llantos, reclamos, insultos y castigos no cesarán.

Por lo regular, la reacción de los padres está acompañada de frases como no te volveré a matricular en el colegio , es que acaso eres un tonto , me hiciste perder mucho dinero o estás castigado y no saldrás en estas vacaciones .

Pero casi nunca asumen una posición comprensiva que permita explorar los motivos y encontrar alternativas para superar los problemas de sus hijos.

Según los sicólogos, los padres le dan mucha importancia al intelecto y por eso experimentan sentimientos de frustración y decepción frente a esta situación. Además acostumbran a identificar la pérdida de un año como un fracaso.

Para los niños, este hecho se constituye en sinónimo de amenazas, peligros interiores y sufrimientos. Posiblemente muchos no puedan superar esta derrota y opten por no volver a pisar en su vida una escuela.

Por qué fracasan? Generalmente los padres se preguntan: Pero si mi hijo es tan inteligente por qué perdió el año?.

El sicólogo español Baudilio Martínez sostiene que todos los niños suelen tener regresiones periódicas, y es muy corriente que pasen por desorganizaciones transitorias que le hacen más dependiente, ruidoso, agresivo y menos receptivo a las exigencias escolares. Por ello, indica Martínez, es normal que en determinados momentos del desarrollo infantil se presenten calificaciones deficientes y problemas en determinadas áreas.

Sin embargo, otros orientadores aseguran que el origen de la mayoría de los casos está en el establecimiento educativo.

La sicóloga María del Rosario Concha, asesora de varios colegios bogotanos, sostiene que las dificultades de los niños se relacionan, generalmente, con los métodos de enseñanza. La escuela no continúa el proceso natural de aprendizaje que el niño venía empleando para conocer el mundo y por eso pierde el interés cuando no entiende la utilidad de lo que su profesora le enseña. De ahí que centre su foco de atención en las actividades que él considera importantes y no en las que el colegio le proporciona .

Así mismo, muchos niños no logran ajustarse a los métodos empleados por algunos colegios. La orientadora escolar Otilia Sosa sostiene que, por ejemplo, la enseñanza personalizada puede representar serias dificultades para un niño dependiente.

Señala también que algunos programas escolares no se ajustan a los intereses de determinados niños. Es frecuente que muchos padres escojan colegios técnicos cuando los pequeños tienen aptitudes para la música, el arte o el teatro , indica Sosa.

Indica también que otro motivo puede obedecer a las dificultades que surgen en el vínculo afectivo entre profesores y alumnos.

En ese mismo sentido, la sicóloga Gloria Quicasán dice que el fracaso escolar se puede presentar porque muchos pequeños no reciben buenas bases desde el comienzo del ciclo escolar y porque hay niños que no tienen ni la edad cronológica ni mental para determinados grados.

Esto se da porque los padres suelen competir con los otros argumentando que es un orgullo tener a su niño de seis años en primero de primaria , dice Quicasán.

Pero el ambiente familiar también es determinante. La desintegración familiar, padres sobreprotectores o muy exigentes, la falta de afecto, el desinterés absoluto de los padres por los progresos o dificultades del menor o la amenaza permanente de disgregación de la pareja pueden incidir notablemente en el rendimiento escolar Según los sicólogos, un ambiente familiar conflictivo puede sumergir al niño en un estado de incertidumbre, confusión y angustia.

Pero también hay causas ocultas. Problemas auditivos y visuales; trastornos emocionales; dificultades en el lenguaje oral, escrito, matemático y de comprensión, que impiden el desarrollo normal de las actividades escolares.

Ojo a estos síntomas Dicen que es mejor evitar que lamentar. Pues bien, existen unos indicadores que le pueden ayudar a los padres a detectar a tiempo el fracaso escolar.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que todas las situaciones, circunstancia y síntomas son diferentes.

El sicólogo Baudilio Martínez, autor del libro La Familia ante el fracaso escolar , de la Editorial Narcea, asegura que, por lo general, un niño que no afronta con éxito las actividades escolares no expresa sufrimiento y busca todo tipo de justificaciones y razones, en general no adecuadas a la realidad, para disimular su bajo rendimiento escolar.

No parece tener conciencia de sus dificultades, no sabe incluso las tareas o trabajos que ha de realizar ni cómo debe realizarlos , indica Martínez.

Además, es incapaz de informar sobre sus actividades y no intenta buscar soluciones, ni demanda ayuda, y, si la tiene, no la acepta, repitiendo actitudes negativistas frente a cualquier tipo de requerimiento que le proponga el establecimiento educativo.

Aclara, sin embargo, que otros son los síntomas del estudiante que experimenta regresiones periódicas.

Esta clase de niños expresan sufrimiento por su rendimiento, piden ayuda y se muestran receptivos frente a la ayuda que se le ofrece , dice.

También es un indicador el hecho de que presenten pequeñas mejorías junto con recaídas, es decir, cuando se advierte que el síntoma no está estructurado rígidamente, sino que cede en determinados momentos .

Qué se debe hacer? Los expertos coinciden en señalar que detrás de todo fracaso escolar siempre se esconde una poderosa razón. Desconocer esto y asumir posiciones inflexibles y agresivas pueden llevar a que el niño se aleje definitivamente de la vida escolar.

Generalmente lo que le preocupa al niño es la reacción de sus padres y no el hecho mismo de haber reprobado el curso. Esto puede llevar a que los niños no se responsabilicen de sus actos ni de sus deberes -El primer paso que se debe dar es averiguar los motivos, teniendo en cuenta que cada situación es diferente. El diálogo y la comprensión facilitará este proceso. Siempre se les debe hacer ver que sus problemas sí tienen solución.

-Los reproches, censuras y castigos excesivos a veces sólo sirven para reforzar la inseguridad en el niño. Frases como perdí el dinero en ti , ya no habrá regalo de Navidad o no te volveré a matricular en el colegio no ocasionan compromiso en el niño sino mayor resistencia.

-Si los niños encuentran apoyo y respaldo, seguramente convertirán el fracaso en un éxito. Los padres deben ser concientes de que algunos niños requieren de mayor tiempo para aprender. Incluso, los sicólogos indican que hay niños que necesitan pasar por la experiencia del fracaso para madurar.

-La actitud ante el niño que fracasa no debe enmarcarse dentro de la severidad total o la tolerancia absoluta. No existe nada más perjudicial que la ausencia de normas de conducta o un sistema estrecho que asfixie el niño.

- Una de las condiciones básicas para que el niño pueda enfrentar con éxito las dificultades es reforzar su autoestima. Si a un niño se le reconocen sus habilidades, seguramente que entenderá mejor lo que se le dificulta.

- El apoyo al niño no debe basarse en halagos o alabanzas falsas e infundadas. El estímulo debe centrarse en logros reales.

- Los padres deben hacerle comprender al niño la importancia real de la escuela, pero valiéndose de situaciones que hagan parte de su cotidianidad. Por ejemplo, se le puede decir que si conoce los números podrá utilizar el teléfono y llamar a sus amigos.

-No es preciso, sin embargo, que se insista en todo momento sobre la importancia de la escuela, ni la repercusión que tendrá en su futuro, ni lo mucho que nos hace sufrir su conducta, porque puede ocasionar mayor resistencia.

- Si la causa se origina en la institución educativa, se recomienda cambiar de colegio. Otro plantel le puede ofrecer la metodología pedagógica que el niño requiere para desarrollar sus intereses y habilidades.

- Las actividades lúdicas pueden ayudar a controlar inseguridades, temores y reacciones agresivas. Además les permite entender que el éxito no se consigue en la primera tentativa.

-Cuando la repitencia o fracaso es constante, se recomienda una evaluación integral del ambiente familiar y escolar que rodea al estudiante, con el propósito de conocer las causas reales y evitar la deserción escolar definitiva.

- Un fracaso escolar futuro se puede evitar si el niño encuentra apoyo en sus padres. Siempre se debe tener en cuenta hasta la mínima dificultad que se observe en el pequeño. Una miopía puede ocasionar el fracaso escolar.

Es fundamental que encuentren apoyo en sus padres para realizar las tareas escolares, pero sin que estos asuman las funciones del profesor. Crear hábitos de estudio, buscar técnicas de aprendizaje o enseñarles a distribuir el tiempo, pueden evitar futuros dolores de cabeza.

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