Sábado 27 de Abril de 2024

SOCIEDAD

16 de julio de 2017

Bullying, una problemática social que tiene solución

Este informe revela que el hostigamiento en las escuelas ha generado una alerta en los padres y docentes. Las causas, consecuencias y como revertir esta dificil problematica.

Algunos chicos les causa diversión. A otros les genera un trauma, dejándoles secuelas para el futuro. Lo cierto es que el bullying es una problemática social a abordar de manera urgente para que las próximas generaciones ni siquiera conozcan a qué hace referencia este término, que se empezó a utilizar hace unos años, pero que existió desde siempre.

Lamentablemente, mientras una parte de la sociedad busca erradicar esta conducta en las escuelas, la tecnología avanza a pasos agigantados y con ella las redes sociales, una vía muy (mal) utilizada por los jóvenes para fomentar, en este caso, el ciberbullying.

A nivel mundial, las estadísticas impresionan. Sin embargo, hay muchos países que están empezando a implementar políticas que contemplen planes sistemáticos para disminuir y erradicar esta problemática, pero para ello resulta imprescindible intervenir preventivamente desde edades tempranas para poder impactar en la reducción de estas conductas y llegar a la escuela secundaria con competencias socioemocionales adecuadas Ximena Tobías, especialista en dicha temática, explicó al respecto que “los niños tienen derecho a asistir a una escuela libre de bullying y de violencia, pero para que esto suceda debemos empezar a tomar responsabilidad y entre todos tomar una posición activa en la lucha contra este flagelo que daña el tejido social”.

Este término moderno se entiende como un hostigamiento repetido hacia un niño que se encuentra en una situación de vulnerabilidad de la que no puede salir solo, ya que existe, por algún motivo, una diferencia de poder que le hace muy difícil correrse de ese lugar.

“Lo que motiva a la persona que ejerce el rol de acosador en ese grupo es sostenerse en ese lugar por un miedo subyacente a no quedar en el lugar del hostigado. Creo que la mayor vulnerabilidad se centra en que un niño no pueda encontrar canales de comunicación para salir de una situación de acoso”, señaló la especialista. La detección precoz es importante, ya que esto tiene efectos positivos en la reducción del trauma: disminuye o evita el estrés postraumático que provoca el acoso.

“He tenido pacientes que han sufrido bullying, incluido físico, a lo largo de todos los días de su vida escolar. Los efectos son devastadores en la vida adulta”, explicó Tobías.

Ansiedad, ataques de pánico, depresión, intentos de suicidio y suicidio con fuerte impacto en la autoestima y en detrimento de aptitudes sociales necesarias para afrontar la vida son algunos de sus efectos posteriores.

“Si los chicos no saben que un amigo está sufriendo bullying y no saben discernir situaciones de acoso que pueden ser más o menos sofisticadas, será muy difícil que puedan ayudarlo”, sostuvo Ximena Tobías, quien a su vez agregó que “la idea es cambiar la actitud de acosador pasivo a la de un sujeto que pueda preguntarse ‘qué podría hacer yo para modificar esa situación’”.

Método KiVa

Este término surge de la unión de las palabras “Kiusaamista Vastaan” (en finlandés, contra el acoso escolar). “KiVa resulta interesante porque su objeto de estudio es el grupo”, agregó Tobías, una de las responsables de este método. Otro punto importante son los llamados espectadores pasivos o neutros que participan del acoso.

Se trata de desarmar la dinámica grupal que sostiene al acosador en ese lugar sostenido por los asistentes y neutros. “Esto hace que el acosador tenga que correrse de ese lugar, ya que la forma en que intenta obtener poder queda desarticulada por el grupo”, aclaró Ximena Tobías.

Su rol cambia y el acosador busca nuevas herramientas y habilidades sociales. Actualmente, 18 países del mundo implementan el programa KiVa, incluyendo varios colegios en Argentina.

En otros países se ha comprobado que el acoso cesa en un 80 por ciento. Incluso, en Finlandia ha desaparecido esta problemática. Las fortalezas de KiVa son el abordaje del acoso como fenómeno grupal y el trabajo desde el refuerzo positivo. “Consideramos que tanto la víctima como el acosador no cumplen roles fijos sino que pueden cambiar”, dijo Tobías. En lo específico, el programa se aplica de manera transversal, y se diseña con cada establecimiento.

 

70,8% de los alumnos sostiene tener conocimiento de la ocurrencia de peleas con golpes entre alumnos en la escuela.

18% reconoce sufrir burla de manera habitual por alguna característica física.

16,4% ha sufrido comentarios desagradables en público (con mayores proporciones en escuelas privadas).

9,5% son tratados de manera cruel (con mayor nivel en escuelas privadas).

5% confesó haber sido obligado a hacer algo contra su voluntad.

3,1% declaró haber sido tocado o tratado de tocar de manera sexual contra su voluntad, más de una vez.

0,1% de los alumnos afirmó tener conocimiento que alguien haya llevado algún arma de fuego a la escuela.

36,4% aseguró tener conocimiento o haber escuchado que alguien haya llevado algún arma blanca a la escuela.
Fuente:Florencia Bombini

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