Jueves 2 de Mayo de 2024

DESARROLLO SOCIAL

30 de diciembre de 2017

Reflexiones de Fin de Año: Las doce uvas de la suerte

Hoy nuestra crisis económica y social es radical, estamos frente a una crisis humanitaria y es cuando se vuelve a los recuerdos de la infancia.

Hoy 30 de diciembre reflexionamos sobre el 2017 que estamos dejando atrás, inclusive, saboreamos las experiencias dolorosas, las de la acidez del mundo, con el fin de incorporarlas y aprender de ellas para hacer del 2018, un que comenzará en breves horas una mejor versión de nosotros mismos y del mundo que estamos llamados a construir.

Al reflexionar sobre lo acontecido estos doce meses buscamos sanar las heridas que dichas experiencias dolorosas nos han causado, retirando lo tóxico de las mismas, para seguir cultivando la esperanza, el bien y la justicia en nosotros, en nuestro entorno más inmediato y, también del pròximo.

 

Porque la acidez en el mundo triunfa si permitimos que el ácido se apodere de las uvas de nuestro tiempo. Las uvas de nuestro tiempo, la uva de los meses, son todos los momentos que compartimos con las personas que amamos, la dedicación y el esfuerzo que ponemos en nuestros trabajos y actividades, los sacrificios que hacemos mes tras mes en pro de un futuro mejor; todos éstos instantes en los que crecemos como personas los unos con los otros construyendo un mundo mejor.

Precisamente es por ello que las uvas de nuestro tiempo merecen ser vividas con la dulzura de la plenitud, de la entrega, de la donación contrarrestando, así, la acidez del mundo que se hace presente con las injusticias sociales que vemos día tras día.

Por esa dulzura que recibimos y donamos en el 2017, acogemos en breve el 2018 apostando por la dicha de la vida, abrazando las uvas del tiempo de la confianza y el amor que nos otorgan las relaciones humanas auténticas, familiares y cercanas para desde allí seguir labrando Humanidad.

Celebramos del 2017 cada gesto próximo, solidario y generoso que nos brindaron rostros amigos en nuestra lucha diaria por un mundo mejor y apostamos en el 2018 a seguir cultivando este lado luminoso de la experiencia humana en pro de la edificación de un mundo solidario y caritativo, menos egosista, solícito, compartido y amigable. Mundo por el que trabajan incansablemente todas aquellas personas, instituciones, asociaciones y organizaciones inspiradas en que el granito de arena que cada uno aporte construye esperanza de vida en el otro.

Porque en eso consiste tener salud espiritual como sociedad: en nutrir lo que da vida y en transformar para bien todo dolor y angustia.

Que toda experiencia que nos enferme y disminuya como seres humanos, toda situación que intente mermar nuestra dignidad humana hasta que alcancemos erradicar de raíz el padecimiento que pretende reducir nuestro ser social. Por los que están y por los que se fueron nuestra acción en pro de un mundo más justo continuará en el 2018.

Porque en la vida para tener fuerzas hemos de volver siempre a nuestros afectos más profundos y originarios: es allí en donde encontramos el valor necesario con el cual seguir adelante por los seres que amamos, por los seres que nos aman, valoran y respetan, por nosotros mismosdando gracias a nuestro Señor Dios que derrame bendición en nuestra mesa y en las de todo, para seguir sembrando el árbol de la Humanidad en nuestra sociedad. 

Gracias Señor

Por todo cuanto me diste en el año que termina,
Gracias por los días de sol y los nublados tristes,
por las tardes tranquilas y las noches oscuras.


Gracias por la salud y por la enfermedad,
por las penas y las alegrías.


Gracias por todo lo que me prestaste y luego me pediste.


Gracias Señor, por la sonrisa amable y por la mano amiga,
por el amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce,
por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños
y de las almas buenas.


Gracias por la soledad, por el trabajo, por las inquietudes,
por las dificultades y las lágrimas.


Por todo lo que me acercó a Ti.


Gracias por haberme conservado la vida, y por haberme
dado techo, abrigo y sustento.


Gracias Señor. Gracias Señor. Señor.
¿Qué me traerá el año que empieza?

Lo que Tu quieras Señor, pero te pido fe para mirarte en todo,
esperanza para no desfallecer, y caridad para amarte cada día más,
y para hacerte amar entre los que me rodean.
Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad,
dame Señor, lo que tu sabes que me conviene y yo no sé pedir.


Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas,
y que me halle siempre dispuesto a hacer tu Santa Voluntad.

Derrama Señor, tus gracias sobre todos los que amo
y concede tu paz al mundo entero. Así sea.

Gracias Señor. Gracias Señor.

Amén.

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