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EDUCACION
30 de abril de 2019
El niño no debe estar condicionado a buscar la aprobación del adulto.
Aceptar el hijo que tenemos y no compararlo con los demás, es un aprendizaje que todo padre debe lograr.
Recuerdo un día sentada en el parque con mi hija, una mamá se sentó a mi lado, empezó con la retahíla de preguntas acerca de por qué no andaba, como no, posteriormente llegaron las comparaciones, como madre primeriza, me marché preocupada. Este tipo de situaciones tienen lugar a diario.
Algo que no debemos olvidar es la importancia entender el desarrollo de los niños y no esperar comportamientos o habilidades que van más allá de su capacidad y comprensión, pero eso lo aprendí después.
Los años de maternidad y la experiencia me enseñaron que:
Muchos estudios demuestran que la mejor manera de que los niños tengan una buena base de aprendizaje es dejar que el niño explore libremente.
La adquisición de aprendizajes y destrezas no son una competición.
La importancia de aceptar al hijo que tenemos y además aprender a no comparar con los demás. Cada niño es único, y su desarrollo nunca será igual.
La mayoría de los niños florecerán a su manera y en su tiempo y no pasará nada.
Los adultos a menudo esperamos y exigimos a los niños que alcancen habilidades antes de que hayan adquirido la capacidad y la madurez para hacerlo.
El ritmo de vida que llevamos, las prisas, los comentarios de los demás y la presión del tiempo, nos llevan a 7 creencias sobre el desarrollo de los tres primeros años muy comunes:
1. Hay que Sentar o poner a los niños a andar para que aprendan:
Pikler (pediatra húngara) defiende el desarrollo motor espontáneo, los niños lograrán evolucionar en sus movimientos de manera natural, sin necesidad de que el adulto les ayude. Si el adulto interfiere, el niño podrá saltarse algunas etapas como el gateo, fundamental para su desarrollo psicomotor, y además sostiene que realizar determinados movimientos cuando no están listos es perjudicial.
Tener al bebé el mayor tiempo posible en el suelo es muy importante así como la disposición del material y el espacio.
2. Tenemos que quitar el pañal:
El pañal no se quita, el pañal se deja, siempre y cuando el niño tenga la madurez física y psicológica necesaria para ello. No es una cuestión de edad.
3. Los niños tienen que aprender a compartir:
Un niño antes de los 3 años tiene grandes dificultades para situarse en una perspectiva diferente de la suya (Egocentrismo Piaget). Antes de los 3 años apenas tienen desarrollado el lenguaje y se encuentran en una etapa temprana de la socialización, a los dos años los niños comienzan a jugar con otros niños, pero sin tener en cuenta al otro, decimos que juegan en paralelo.
Los niños también necesitan tener privacidad y respeto hacia sus espacios.
4. Hay que tenerlos ocupados todo el rato:
El juego es una herramienta indispensable en el aprendizaje de los niños, si además tiene lugar sin mucha intervención del adulto, fomenta su creatividad y la autoestima, contribuye al desarrollo de la autonomía, es un excelente canal de expresión de sentimientos y les ayuda a entender mejor el mundo que le rodea.
5. Autocontrol y regulación de emociones:
Con frecuencia tratamos de que los niños repriman sus sentimientos, cuántas veces nos molesta el llanto y les decimos de manera reiterada” No llores”.
Los niños de esta etapa no disponen de las herramientas necesarias para la regulación de sus emociones, tampoco entienden ni están preparados para el autocontrol.
6 Los niños deben aprender a dormir solos:
Los niños no aprenden a dormir, por lo que no es necesario ningún método, el sueño es un proceso evolutivo.
Se ha demostrado que algunos métodos aplicados en los niños, como el conocido Estivill, repercuten en el sistema de repuesta al estrés. el cual se ve afectado negativamente y están más predispuestos a sufrir alguna patología en un futuro.
7 Enseñar a los niños a dibujar en ocasiones cogiendo su mano:
Es necesario dejar a los niños dibujar libremente, tratar de enseñarles a dibujar disminuye su creatividad y espontaneidad.
Según Arno Stern si interrumpimos al niño mientras está dibujando y le preguntamos: ¿qué estás dibujando? al explicar al adulto lo que está haciendo, comienza a pensar que tiene que hacer las cosas para los demás, no para sí mismo. El niño no debe estar condicionado a buscar la aprobación del adulto.
La estimulación temprana es muy importante en los 3 primeros años de vida pero no se trata de acelerar o forzar el aprendizaje. No apresuremos a los niños con determinados aprendizajes que adquirirán de manera natural, acompañamiento, soltar sin abandonar, preparar el ambiente y los materiales, grandes dosis de paciencia y aceptación, son claves necesarias para un buen desarrollo
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