Martes 19 de Marzo de 2024

EDUCACION

27 de febrero de 2022

La desmotivación: Un nuevo fracaso escolar

Los diferentes problemas sociales y personales a los que se enfrentan los niños pueden acarrear problemas de desmotivación.

Los niños y jóvenes debido al COVID-19 se sienten desmotivados dado que su salud emocional se han visto afectados recientemente por los cambios en la pandemia.

La salud emocional y el bienestar de los niños, jóvenes y adultos se han visto afectados recientemente por los cambios debido a la pandemia que estamos viviendo a nivel mundial. Esta situación ha afectado directamente a las familias en relación a la dinámica familiar, escolar y laboral, ya que nos hemos visto obligados a convivir más tiempo en casa, compartir a diario con la familia, pasar más tiempo juntos del que se estaba acostumbrado, adaptar el trabajo para realizarlo en línea, recibir las clases de manera virtual, entre otros. 

Dichos cambios han generado sentimientos de estrés, ansiedad e incertidumbre, lo cual ha llevado a que muchos manifiesten síntomas físicos, así como psicológicos y emocionales. Puede que algunas personas estén manifestando dolores de cabeza más frecuentes, falta de energía o concentración, problemas gastrointestinales, insomnio o exceso de sueño, cambios en el peso corporal, cansancio constante o prolongado, síntomas de ansiedad o depresión, entre otros. Estos síntomas y manifestaciones corporales también influyen en el bienestar psicológico y las emociones que presentamos. 

Tanto niños como jóvenes han experimentado algunas de estas reacciones. Esto ha llevado a que presenten cierto rechazo escolar o se encuentren desmotivados en cuanto a sus obligaciones académicas. El hecho de tener que adaptarse a una nueva forma de aprendizaje, así como no compartir presencialmente con sus maestros o compañeros, ha influido en que muchos sientan apatía o falta de motivación en los estudio, y en realizar las tareas que se les asignan. Esto también se suma a la falta de acompañamiento personalizada por parte de los maestros y al estrés que puedan percibir por parte de sus padres, quienes han tenido que acompañar a sus hijos en el proceso de aprendizaje. Dicha situación, en resumen, es un reto. Incluso es probable que en algunos casos la relación padre-hijo se esté viendo desgastada. 
Debido a esto, es recomendable que los niños y jóvenes puedan sentirse escuchados y comprendidos, para que así puedan expresar sus emociones y no las repriman. Es importante que los padres se tomen el tiempo para platicar con sus hijos y profundicen en lo que han aprendido en esta situación (no necesariamente enfocarse en lo académico). Se recomienda tener presente siempre la “conexión antes que corrección”, es decir, enfocarnos en que sea prioridad la relación con los hijos, cuidar sus emociones y conectar con ellos antes de corregir. Esto se puede lograr hablando, escuchándolos y conociendo sus necesidades. Como familia, se pueden tomar el tiempo una vez a la semana para platicar de los retos que han tenido y cómo encontrar soluciones asertivas a dichos retos. De esta manera todos pueden sentirse escuchados, apoyados, y así crear un sentido de pertenencia e importancia. 

Por otro  lado, es importante que los niños y jóvenes estén organizados en casa y manejen adecuadamente su tiempo. Esto les brinda una estructura, la cual les dará seguridad y contribuirá a que puedan aprovechar mejor el día. El manejo y la organización del tiempo, así como priorizar y saber organizarse desde jóvenes, les dará herramientas positivas para la vida adulta y ayudará a que se sientan más motivados y confiados en lo que hacen.  Es importante incluir actividades de movimiento, de relajación y en las que puedan compartir en familia. Contar con un horario les ayudará a anticiparse, organizarse y les brindará mayor seguridad. 

Por último, es esencial que los niños y jóvenes cuenten con una persona que les transmita seguridad. Para los más pequeños pueden ser sus padres o algún familiar, alguien que les transmita ese sentimiento de confianza y comprensión. Los jóvenes también pueden recibir apoyo de sus padres y familiares, así como de sus amigos, compañeros o incluso maestros. El sentir que cuentan con una red de apoyo contribuirá a que se expresen, encuentren experiencias que los ayuden a mantener la motivación y cuenten con herramientas positivas para la resolución de problemas. Todo esto contribuirá a la construcción de la resiliencia, capacidad que tienen las personas para superar circunstancias adversas, como la situación que estamos experimentando actualmente. 

“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. Benjamin Franklin

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